Son las viviendas tradicionales locales por excelencia. Excavadas por equipos de expertos picadores, las moradas resultantes poseen excelentes cualidades tanto térmicas como acústicas. Hoy son objeto de espléndidos proyectos de rehabilitación destinados principalmente al turismo rural, capaces de atraer a multitud de curiosos que deciden probar sus bondades y la calidad de su descanso.
Castilléjar es uno de los pueblos con mayor proporción de este tipo de hábitat en toda la comarca. Un magnífico ejemplo de su urbanismo troglodítico se encuentra en el Cerro de la Cruz, en el que se superponen hasta cuatro niveles de casas-cuevas. También son interesantes los barrios de San Marcos y de Los Evangelistas, con sus antiguos callejones y sus pulcras fachadas.
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